viernes, 15 de junio de 2012

¿Son los mutantes el Superhombre nietzscheano?


        El Superhombre es uno de los pensamientos centrales de Nietzsche. En él se concentrar el conjunto de virtudes y características que según él el hombre ha ido perdiendo o menospreciando por culpa del cristianismo y las filosofías posteriores a Sócrates.
El Superhombre está planteado como el siguiente paso de la evolución del hombre. Es el ser humano superado, evolucionado y transformado por la fuerza creadora que le es dada. Su característica principal es su necesidad de la vida; éste valora ante todo la vida terrena: el placer, las pasiones, la victoria, el impulso de superación… por eso rechaza la tradicional moral cristiana de humildad, caridad y fe.
El Superhombre sabe que solo vive en esta tierra y en este momento, por lo que renunciar a cualquier cosa en favor de una vida mejor tras la muerte es para él algo absurdo. Para el Superhombre el momento debe vivirse con total intensidad.
Otro pilar básico en el concepto de Superhombre es la voluntad de poder. Ésta es la voluntad de dominio, la fuerza, la ley del más fuerte. Es la exaltación de la fuerza y la agresividad (los instintos propios del ser humano). Vemos la influencia clara del pensamiento de Darwin y la selección natural (sólo los más fuertes llegan a sobrevivir). Esta voluntad de poder nos lleva a un deseo de no ser dominado por nadie. La voluntad de poder es lo que nos lleva a imponernos a los demás y a ser “coronados” como líderes y superiores, véase que no he dicho “coronarnos” puesto que la superioridad manifiesta del Superhombre debe llevar a los que son débiles a subyugarse de buena gana ante él ya que es el líder fuerte, sabio y poderoso que merece dominarlos. Éste matiz es el que no acostumbran a recordar los críticos de Nietzsche y los que lo acusan de nazi o fascista.

En el otro lado de la balanza tenemos a los mutantes del universo marveliano. Como máximos exponentes de sus ideologías encontramos a Charles Xavier y a Max Eisenhardt, también conocido como Erik Magnus Lehnsherr o Magneto.
El primero representa los principios de tolerancia, compresión y cooperación entre los mutantes (Homo sapiens superior) y el ser humano. Xavier quiere inculca a sus alumnos y al resto del mundo que los tan temidos y odiados mutantes pueden convivir pacíficamente con el hombre y aportar sus prodigiosos dones como ayuda a la sociedad. A pesar de este ideario pacifista y amable en sus inicios compartía el sueño junto a su amigo Magneto de una sociedad dirigida por la nueva raza superior, a través de la educación y el desarrollo científico: el ser humano debía comprender y aceptar que los mutantes eran el siguiente paso de la evolución y que estos traerían una nueva era de prosperidad para la humanidad. Posteriormente y tras comprobar cómo de equivocado estaba, el Sueño de Xavier se postuló en el concepto de coexistencia pacífica.
Magneto nunca aceptó la vía pacífica de Xavier. Él sabía (seguramente por su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz) que el ser humano jamás aceptaría por las buenas el dominio de los mutantes, sino todo lo contrario. Teniendo en mente esto se dispuso a evitar a toda costa que se repitiesen las atrocidades que él tan bien conocía, por lo que su ideología se radicalizó. Como homo sapiens superior, como ser más evolucionado, el mutante debía dominar al ser humano por la fuerza, tanto si quería como si no. Sus campañas de terror y de intento de dominación mundial son bien conocidas.
Ambos exponentes del homo sapiens superior tienen rasgos muy distintivos del Superhombre nietzscheano: Ambos son líderes natos, ambos son fuertes (a su modo), ambos luchan por su lugar en el mundo, ambos tienen (en mayor o menor grado) la voluntad de poder.
Pero a pesar de tantas similitudes el matiz anteriormente señalado es lo que no los convierte totalmente en genuinos Superhombres: Charles Xavier opta por la vía de la coexistencia pacífica al comprobar que el hombre no está dispuesto a subyugarse amablemente a los mutantes, mientras que Magneto decide imponerse por la fuerza.

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