jueves, 16 de enero de 2014

El Orco como figura filosófica



Orcos, goblins, trasgos, hobgoblins, orcos negros, uruk-hais, grandes trasgos, semi orcos, gretchins, snotlings… todo un decálogo de razas o subespecies imaginarias que engloban un conjunto de características comunes y que tienen una notoria aparición  en una gran variedad de mundos de fantasía.
Para referirme a ellos los llamaré “Orcos” o “Razas trasgoides”, únicamente para darle un nombre al conjunto de especies que varían entre sí únicamente en el grado de inteligencia, agresividad, tamaño y color de piel, pero no en su esencia última, que es ser el reflejo oscuro y malvado del ser humano.


Originalmente “Orco” es la deformación de un término, proveniente del inglés antiguo, que se refería a numerosos monstruos de la mitología celta. La existencia de estas criaturas fue inventada para dar explicación a los hechos de sangre y asaltos que ocurrían en los campos y bosques. En la mitología romana la palabra Orcus es sinónimo de inframundo y, en ocasiones, también es el nombre de un gigante hijo del dios Plutón. J. R. R. Tolkien fue el primero en utilizar la palabra orc («orco») para designar un tipo concreto de ser humanoide, de aspecto desagradable y actitud agresiva. Este tipo de «orco» proveniente de las obras El hobbit (donde Tolkien usa la palabra goblin, tradicionalmente traducida en castellano por «trasgo») y El Señor de los Anillos (donde Tolkien ya usa la palabra orc, traducida en castellano por «orco»)  es el que ha sido adoptado por las ambientaciones modernas de fantasía.
Las razas trasgoides se pueden dividir en dos clases bien diferenciadas: Los grandes, fuertes y extremadamente agresivos y los pequeños, cobardes, astutos y oportunistas. En el primer grupo encontraríamos al orco común, al uruk-hai, a los grandes trasgos o a los orcos negros. En el segundo grupo estarían en cambio los goblins, los trasgos, los hobgoblins o los snotlings. Dependiendo del mundo de fantasía los nombres de las razas son intercambiables unas por otras y por descontado no en todos los mundos existe tal disparidad de tipos de orcos.
A pesar de estas diferencias tanto físicas como mentales todos comparten claros elementos en común: La coloración de su piel va del verde al negro, los grandes y fuertes son notablemente superiores físicamente a los hombres o como mínimo iguales mientras que los pequeños y astutos son inferiores tanto en tamaño como en fuerza. Todos acostumbran a tener pronunciadas y bestiales dentaduras. Siempre aparecen en gran número, puesto que su fuerza real radica en la superioridad numérica. Su organización es jerárquica, siendo el líder más grande y fuerte el que gobierna. Todos tienden a ser muy limitados mentalmente, siendo los pequeños los más dados a organizar argucias y trampas, pero sin ser genios
en ningún caso. Su agresividad y ferocidad son remarcables, siendo los orcos de las razas “grandes” incansables guerreros que han nacido por y para la lucha, mientras que las razas pequeñas solo luchan cuando se les obliga o cuando la fuerza de su número es aplastante, a pesar de esa diferencia las razas trasgoides viven en general para la guerra y el saqueo.
En El Señor de los Anillos los orcos son una creación, una burla de la noble raza élfica, surgidos del barro y el sufrimiento. En la adaptación de Peter Jackson se puede ver claramente como son creados en serie en una especie de fábrica con grandes hornos alimentados con la leña talada de un bosque desforestado. Tanto Tolkien como Jackson identificaron al orco como el reflejo o metáfora del hombre industrializado: Nacido con un único propósito, la guerra, con toda su individualidad anulada por la masa, prescindible, pero aun así fuerte por su número. Emulan en cierta forma la clase
obrera reivindicada por Karl Marx, fuertes en números pero difíciles de movilizar  y organizar, baza de la que se aprovechan los caciques  y oligarcas en general. En otros mundos de fantasía se afirma con rotundidad que si la raza orca llegase a estar unida bajo un mismo estandarte conquistarían todo el mundo/galaxia sin oposición posible, solo su intrínseca belicosidad evita que eso ocurra, puesto que los orcos invierten el mismo esfuerzo en guerrear entre sí como con otras razas.
Planteemos un paralelismo práctico: La España actual, con más de 5 millones de parados y grandes sectores de la sociedad sufriendo los recortes de un gobierno que va sin rumbo fijo y que no convence a nadie. En los últimos años se han sucedido cientos de manifestaciones que no han modificado ni un ápice la resolución de nuestro gobierno de hacer pagar sus platos rotos a la clase media  y baja. Estas manifestaciones serían equiparables a pequeñas o medianas incursiones orcas contra ciudades bien defendidas por valerosos soldados de Gondor bien equipados. Causan algunas bajas, pero se les detiene y se les rechaza. Imaginemos ahora un gran Waaaagh! (los jugones de Warhammer y Warhammer 40000 me entenderán), una gran aglomeración de orcos, la unión de
cientos de tribus bajo el estandarte de un único líder, o en otro sentido una única concentración de la mayoría de parados y damnificados por los recortes o simplemente todo aquel que quiera cambiar drásticamente todo; pongamos que sean 3 o 4 millones de personas rodeando el Congreso, el Senado y la Zarzuela. 3 o 4 millones de personas que a un solo tweet, sms o señal cualquiera avancen inexorablemente con intención de reducir a escombros todos los símbolos de poder del gobierno que ya no los representa. Eso no sería otro Abismo de Helm… no. Sería más bien como la masacre de Osgiliath.  Habría muchas bajas, mucha violencia. Pero eso sería mucho más significativo y efectista que todas las concentraciones pacíficas habidas hasta la fecha. Hasta los valerosos soldados de Gondor con sus armaduras plateadas huyeron de Osgiliath al ver que no había forma de detener a los orcos. ¿Cuántos antidisturbios se mantendrían firmes al ver a cientos de miles de personas furiosas ante sí?
Por ahora he señalado semejanzas entre el orco y el ser humano, ¿pero qué hay de las sutiles diferencias? Ambas razas son humanoides, ambas tienen una sociedad organizada e idiomas propios, ambas son agresivas por naturaleza. Pero fijémonos con más detalle en un elemento común en toda la raza trasgoide: los dientes. Mandíbulas prominentes, grandes colmillos porcinos, caninos afilados, sucios y desiguales, bocas con muecas hoscas y babeantes… en resumen, facciones animales.
Como las bestias, los orcos también gruñen, rugen y hasta ladran como añadidura a su burdo idioma. Y de la misma forma que los animales carroñeros, se alimentan de cualquier cosa muerta (hasta de otros orcos). ¿Qué quiero mostrar con todo esto? Que las razas trasgoides no solo reflejan los aspectos más repulsivos de la humanidad sino que también acumular rasgos que consideramos desagradables de los animales.
Por tanto, son por definición y a muchos niveles la antítesis de todo lo bueno. Tal es su cúmulo de deplorables atributos que es realmente sorprendente que las razas “buenas” y “civilizadas” no se
hayan organizado seriamente para erradicarlos a conciencia.
¿Pero cómo extinguirlos? Tolkien dio como única referencia que nacieron de la tortura y degeneración a elfos, solo en la versión cinematográfica se aprecia su “fabricación”, mientras que en el mundo de Warhammer 40000 los orcos se reproducen por esporas, como si fueran hongos. Surgiendo en grandes cantidades en los lugares oscuros y húmedos por donde hayan pasado o habitado otros de su especie. ¿Cómo haces desaparecer una raza que puede ser fabricada por cualquier siervo del mal o que puede resurgir de los rincones más oscuros y recónditos del mundo? ¿No es justamente su forma de “nacer” o reproducirse un símbolo de su intrínseca necesidad de existencia?
Diciéndolo de otra forma, en un mundo donde existen criaturas de tal belleza y sabiduría como los elfos ¿no es lógico que sea necesaria su antítesis para poder justificar el poder y beldad de la raza élfica?
 Desde este punto de vista la humanidad puede situarse cómodamente en el punto de equilibrio de la balanza moral, siendo capaz de realizar acciones tan bondadosas como cualquier elfo o tan atroces como un orco.
Siguiendo esta línea de pensamiento podría insistir en un tema recurrente para mí y para mis filosóficos artículos: Eros y Thanatos, pulsión de Vida y Muerte. Esos dos instintos primarios que conviven en lo más profundo de nuestro subconsciente y que secretamente dirigen nuestra vida. Si el Eros se relaciona con la vida, el sexo y todo aquello vitalista no podemos más personificarlo en la figura de la raza élfica, raza que además en algunos mundos de fantasía se la critica por haber caído en los brazos del hedonismo y los excesos carnales. Por lo que, por extensión, quién mejor que las razas trasgoides para personificar a Thanatos, que se relaciona con la muerte, la violencia el odio…

Una última reflexión ¿Qué sería un mundo de fantasía sin la amenaza orca? ¿Dónde estaría la gracia de visitar Faerun, Azeroth, el cuadragésimo primer milenio o la Tierra Media? El orco debe existir porque la fantasía épica sin grandes peligros solo sería un bonito y aburrido paisaje.


martes, 5 de marzo de 2013

Las sitcom, la manipulación mental y la educación



        Tengo una relación de amor/odio con las comedias de situación. Como todo telespectador he visto y seguido docenas de ellas y eso ha creado en mí un paladar extremadamente puntilloso con el género de la risa enlatada.

        Conforme han pasado los años y he madurado como telespectador he identificado cierta cantidad de patrones y clichés que con el tiempo han conseguido enervarme desmesuradamente y provocarme una violenta alergia hacia la mayoría de seriales por el simple hecho de tener la sensación de ver siempre lo mismo, de estar presenciando año tras año los mismos chistes, los mismos enredos y las mismas tramas con diferentes actores y escenarios.

        Series que antaño me mantuvieron como a tantos otros delante de la televisión como Apartamento para tres, La niñera, Padres forzosos, Matrimonio con hijos, Cosas de casa o Alf  ahora me resultan terriblemente aburridas, tópicas y moralistas. 

Encontrar hoy en día series como Drake & Josh, Hannah Montana, Joey, La vida de Zack y Cody o Los magos Waverly Place hace que odie la televisión. ¿Es que no han aprendido nada los guionistas en todo este tiempo? ¿Tenemos que tragarnos la misma puñetera bazofia una y otra vez con caras simplemente más jóvenes y con argumentos cada vez más trillados? Dudo mucho que sea el único que se haya dado cuenta de que son todo versiones “modernas” de Salvados por la campana, El príncipe de Bel Air o la familia Adams, eso sin contar que estas ya eran en su mayoría versiones modernas (para su época) de otras tantas series.

Aún así no es su falta de originalidad generalizada (con ciertas excepciones, claro está) lo que más me disgusta, ni sus personajes de cartón piedra estandarizados (el empollón, la rubia, el padre despistado, la madre maniática, el guapo, el gracioso…) sino sus esfuerzos dogmáticos de moralizar y dictaminar lo que es bueno y malo. La gran mayoría de sitcoms clásicas pretenden ser algo más que simple entretenimiento, pretenden educar al telespectador y hacerle equiparar la realidad con la ficción mostrada. No es simple casualidad que todas muestren unos patrones tan parecidos y unos argumentos tan similares, es la forma que tienen de “educarnos”, por repetición, por bombardeo masivo y constante de estereotipos, prejuicios y chistes. 


Tampoco es que quiera amargar al lector con una sarta de elucubraciones paranoides, quejas y pataletas, pero necesitaba descargar un poco de bilis acumulada por mi general desencanto ante el sabor a refrito y a telebasura del que hacen gala la mayoría de nuestros canales de televisión. ¡Bueno! Ya que he empezado descargaré un poco más de odio en dirección a las sitcom españolas, que no solo pecan de perpetuar los mismos gags y de copiar (en algunos casos literalmente) algunos guiones sino que además tienen la horrible costumbre de alargar las series de éxito hasta el punto de desvirtuar y echar a perder lo poco que tenían de divertidas u originales. Series como Siete vidas, Los Serrano o Aída han acabado por dejar por los suelos los logros conseguidos en sus primeras temporadas a base de repetir chistes hasta la saciedad, alargar y destrozar la historia por negarse a terminarla y destruir su intrínseca originalidad al desaparecer casi por completo el elenco de personajes protagonistas y sustituirlos por nuevos personajes que no aportan nada decente.

En una ocasión leí que el secreto en televisión consiste en repetir siempre lo mismo. En verdad el telespectador medio no quiere que lo sorprendan con argumentos valientes, chistes nuevos o personajes realmente profundos, sino que prefiere que lo distraigan con las mismas comedias una y otra vez, anestesiado por un humor enlatado ajeno a la verdadera realidad del crudo mundo que existe más allá de la pantalla.

Cual teoría conspiratoria surgida de una mente senil y paranoide me pregunto si el alud de sitcoms mediocres que nos han bombardeado el cerebro a diario durante décadas no es un arma más de manipulación mental, confundiendo nuestros sentidos, entumeciendo nuestro juicio y destruyendo nuestro criterio. Telecinco, Antena 3, MTV, Disney Channel. FOX… ¿no serán estos canales (entre otros muchos) uno de los grandes problemas de la sociedad actual? Crean falsos estándares de normalidad, generan prejuicios enmascarados en gags cómicos y provocan modas y gustos que sustituyen valores morales indispensables.

 En una época en la que los pilares básicos de la sociedad occidental se tambalean con violencia es bueno que nos paremos por un momento a pensar en qué nos ha estado enseñando la televisión toda nuestra vida, entendiendo a la televisión no solo como el aparato que nos procura cierto entretenimiento, sino como la ventana al mundo que invade nuestros hogares cada día una media de tres horas como poco.

        El papel educador de la televisión es algo obvio, es palpable desde la más tierna infancia y, por lo tanto, sus contenidos son lecciones morales, sobre la vida, sobre el mundo, sobre todo lo que nos rodea, que se implantan subliminalmente en nuestro interior. Los detractores de esta postura dirán que “nadie está obligado a ver y a creer lo que transmite la televisión”, pero en mi opinión el hecho de que la mayoría de hogares del mundo tengan un televisor es argumento más que suficiente para demostrar lo contrario.

        Demostrado el valor educacional de la televisión centrémonos en las comedias de situación, ¿Qué nos enseñan? ¿Qué nos han inculcado a lo largo de los años con insistencia y repetición?
        Si nos fijamos primero en las comedias adolescentes vemos que crean una marcada distinción entre lo moderno, cool y divertido y lo responsable, juicioso y serio. El protagonista acostumbra a ser un tipo gracioso, popular, vago y oportunista, siempre pendiente de aprovechar la ocasión para sacar tajada, gastar una broma o crear conflicto. Los empollones son unos pringados, son objeto de abusos y burlas, dan completamente igual sus esfuerzos en los estudios puesto que en verdad lo único que desean es ser igual que el protagonista. Los deportistas son tontos y por lo general unos matones que tienen éxito con las chicas. Las chicas por su parte (si no son empollonas) son unas brujas criticonas obsesionadas por la moda que no dejan de suspirar por el chico guapo de turno. Diferentes modalidades de estos estereotipos sitúan el peso del protagonismo en la chica (deseosa de ser popular y encajar) o el empollón (deseoso de encajar y ser popular). ¿Creéis que el hecho de que los personajes mínimamente responsables, trabajadores y estudiosos sean sistemáticamente ridiculizados fomenta entre la juventud los valores del esfuerzo, la constancia y la superación? ¿No creéis que el hecho de que las chicas de las series estén constantemente pendientes de su aspecto, de ser populares y de gustar a los chicos fomente un marcado amor por la superficialidad que dista mucho de los valores de la lucha feminista? Curiosamente las series enfocadas para los jóvenes hacen un especial esfuerzo en matizar la importancia de la popularidad y el aspecto físico en detrimento del auténtico desarrollo personal. ¿Realmente son temáticas apropiadas para los extremadamente influenciables adolescentes? ¿No les crean este tipo de series una percepción distorsionada de la realidad? A mi parecer todo huele a lobotomía, a reeducación para transformar a los jóvenes en ávidos consumidores de ropa de marca y todo despropósito de artículos que les hagan creer mejores y más populares por el hecho de poseerlos (coches, cremas, perfumes, joyas…).

        Tomemos un nuevo ejemplo, esta vez en la sitcom más tradicional, la familiar. En este tipo de serial se procura tomar como familia protagonista una típica familia del país de emisión. La más característica, la americana. ¡Y cómo nos gustan los americanos! Papá acostumbra a ser un entrañable regordete que trabaja muchas horas y cuando llega al hogar los problemas se le acumulan. Mamá es un ama de casa estricta y maniática que dirige la casa con puño de hierro, sermoneando y castigando por igual al marido y a los hijos. Los hijos por su parte son diversas modalidades de los jóvenes de las sitcom adolescentes o críos más pequeños y adorables que hacen las delicias del espectador con todo tipo de monerías y que actúan con más cabeza y sensatez que los adultos. Por supuesto existen diversas variantes, el padre es el estricto al que todo el mundo ignora, la madre es la cándida y adorable esposa  etc… El resto del reparto lo conforman los vecinos, que acostumbran a cubrir el resto del espectro demográfico estereotipado: El negro/indio/asiático/latino, el soltero fiestero, el gorrón, los viejos cascarrabias, el matrimonio joven…  Las tramas por supuesto no tienen desperdicio alguno. La premisa por norma general acostumbra a ser algún tipo de fechoría, sorpresa, confusión o secreto que provocará irremediablemente una sarta de mentiras, engaños y ardides hasta llegar al clímax final donde se destapará irremediablemente el complot con la consiguiente regañina, lección moral o moraleja.  

En el caso de las sitcom de corte típicamente familiar los mensajes que nos mandan son contradictorios. Por un lado enfatizan hasta el aburrimiento la importancia de la unidad familiar mientras por el otro muestran como entre los personajes, capítulo tras capítulo, se engañan y se manipulan. Esconder los errores cometidos,  evitar las responsabilidades a toda costa,  abusar de la confianza… son algunas de las lecciones más llamativas que se hacen hueco en nuestro córtex cerebral.
        Muchos pensareis “oye, la moraleja final es justamente todo lo contrario a lo que estás diciendo”. Es cierto, de eso no hay duda alguna. Pero pensad un momento, ¿qué es lo que más recuerdas de un capítulo de este tipo?, la aburrida reflexión final o los divertidos momentos cómicos en los que los personajes hacen lo imposible para evitar que los pillen con las manos en la masa de algún endiablado plan que les exculpará de la pena por haber cometido alguna tropelía. No olvidemos que el humor es una herramienta educacional muy eficiente. A todo el mundo le gusta hacer cosas que le divierten, y si ver cómo un marido despistado engaña de mil formas a la mujer para evitar ser reprendido por olvidar el aniversario de boda es divertido… no será para tanto eso de manipular y mentir…

        Por supuesto que no estoy atacando a las sitcom con el argumento de que sistemáticamente nos lavan el cerebro para convertirnos en personas zafias, arteras, mentirosas y superficiales. ¡No por favor! Dejo a las asociaciones de padres la tarea de esgrimir ese tipo de argumentos.

        Lo que quiero plantear con este breve escrito es que hemos de ser capaces de ver con perspectiva las sitcom. Que estas no son un reflejo fiable de la realidad a pesar de las grandes similitudes y paralelismos. Las comedias de situación son deformadas y exageradas caricaturas de la vida. Divertidas por sus semejanzas con nuestra vida y por lo irreal de sus desarrollos. El peligro que estas conllevan no radica en los valores que subliminalmente nos infunden sino en cómo por desgaste erosionan y flexibilizan los que ya tenemos.

Cualquier persona con dos dedos de frente es capaz de comprender que la mentira y la extrema superficialidad están mal, pero en cambio uno puede volverse mucho más tolerante ante estas deplorables actitudes si durante años se las han estado “vendiendo” a través del fácil y dulce humor.  En  lo que respecta a personas adultas, coherentes y formadas el “peligro” de las sitcom es este… en el caso de los niños es mucho mayor.

Como diría Helen Lovejoy “¡¿Es que nadie va a pensar en los niños?!”. Los niños están en un proceso continuo de aprendizaje. Todos los valores que los formarán como personas se aprenden de los padres y de los allegados más cercanos. Teniendo en cuenta las horas de televisión que ve el niño occidental medio, unido a unos padres cada vez menos implicados en la directa educación de sus hijos y un sistema educativo en decadencia, nos encontramos con generaciones perdidas, con jóvenes con una bizarra visión del mundo, con unas prioridades absurdas y unos objetivos insulsos. ¡Quien diga que exagero que por favor mire Gandia Shore! Quien diga que no son “toda una generación” que se informe sobre lo que es la Generación Ni-Ni (Ni estudia Ni trabaja).

Muchos factores socioculturales y económicos han provocado el derrumbe de los valores éticos que hicieron del mundo occidental la cultura más poderosa en términos de desarrollo. Hemos dejado en manos de los bancos y las multinacionales el timón de nuestra sociedad. Nos han entumecido el espíritu de lucha, nos han manipulado durante décadas, nos han dado tanto circo que han conseguido que no nos importe que no haya pan para todos. 
 
Para terminar solo me queda matizar una vez más que no culpo a las sitcom de todos los males del mundo ¡ni mucho menos! Pero hemos de ser capaces de comprender que su contenido, su mensaje y sus intenciones van más allá del simple e inocente entretenimiento. 


lunes, 12 de noviembre de 2012

EL VIAJE DE MI VIDA: Capítulo 1.

    Tal y como anuncié en mi último post os voy a narrar el que hasta la fecha es el mejor viaje de mi vida.
        En abril me casé, por lo que tal y como manda la tradición queríamos hacer un viaje que recordáramos toda la vida. ¿Francia? ¿Italia? ¿República Dominicana? ¿EEUU? ¿Egipto? Todos nos parecían destinos típicos y tópicos para hacer un viaje de bodas. No somos de la clase de gente a la que le gusta apalancarse en la playa dos semanas o patear interminables y agrestes parajes naturales, por lo que ningún destino clásico nos llamaba la atención. Hasta que caímos en la cuenta de que sólo podía existir un lugar donde disfrutar al máximo de nuestro recién estrenado matrimonio: Japón.

DIA 1: Narita-Tokyo, Tokyo-Hiroshima
 
        10461 Km… Dos horas hasta llegar a Roma, tres horas en la ciudad eterna esperando la salida de nuestro avión, 13 horas más hasta llegar a Narita, una hora de tren hasta Tokyo y finalmente 6 horas de propina extra para llegar a Hiroshima. Una odisea interminable de la que no pude evadirme en ningún momento durmiendo puesto que los asientos del avión eran terriblemente incómodos y una vez en tierras niponas la emoción, los nervios y la ilusión se impusieron al cansancio.
     Tras casi enloquecer en la estación de trenes de Tokyo al comprobar que los carteles con los horarios de las salidas estaban en 4 idiomas diferentes (japonés, chino, coreano y, por suerte, en inglés)  decidimos comer en el mismo tren camino de Hiroshima, nos compramos un par de bentos (adjunto imagen) más por lo pintoresco que por lo apetecible .Lógicamente al llegar a Hiroshima nos dirigimos directamente al hostal. J-Hoopers se llamaba y era un lugar encantador por su sencillez. Siguiendo la costumbre nipona no se podía ir calzado por el interior del hostal y nuestra habitación era de estilo japonés: Suelo de tatami, futón en el suelo y un minúscula mesa de un palmo de alta. No había nada más y no necesitábamos nada más, pero de primeras, tras tantas horas de viaje, nos quedamos bastante sorprendidos. Eso no impidió a mi querida esposa caer en coma durante 12 horas justo en el momento de tumbarse en el futón. Yo por mi parte me di el gusto de disfrutar de la brisa de la noche de Hiroshima mientras me fumaba el primer cigarro tras 25 horas de abstinencia.  
El primer día en Japón había sido extenuante y confuso. Llegamos a las 6:30 de la mañana a Narita y hasta las 17:00 de la tarde no llegamos al hotel. Todo fue una vorágine de papeleos (aduanas, Rail Pass…) estaciones de tren y tranvías.  Sólo en la oscuridad de la noche, mientras paseaba por la azotea del hostal disfrutando de una merecida dosis de nicotina me di cuenta de todo lo que había visto durante toda la locura del día pasado: El futurista tren bala, tranvías tremendamente viejos pero increíblemente limpios, estaciones de tren con innumerables restaurantes y tiendas, pueblos de postal con sus casas de arquitectura típica japonesa, bosques de bambú…  ¡Por fin estábamos en Japón!

DIA 2: Hiroshima – Miyayima, Osaka
 
        Como un reloj me desperté tras 8 horas de sueño reparador en un sorprendentemente cómodo futón. A lo mejor no era tan cómodo como me pareció en su momento, pero me desperté super fresco y cargado de energía… a las 5:00 de la mañana. Me sentía como un niño en la mañana de Navidad. Me moría de ganas de salir a la calle y ver todo lo que podía ofrecernos Hiroshima. A las 7:00 estábamos paseando ya por el Parque Conmemorativo de la Paz. El lugar está cargado de monumentos que buscan dejar muy claro que Japón no olvida pero que tampoco busca venganza, sino todo lo contrario. Todo el parque es un homenaje a la paz y a los caídos esa fatídica mañana del 6 de agosto de 1945: La Llama de la Paz, la Campana de la Paz, la cúpula de la Bomba Atómica, el monumento de la Paz de los niños, el Cenotafio... Como es lógico también visitamos el museo de la Bomba Atómica. Es un lugar lóbrego y deprimente, hay cientos de objetos y hasta restos humanos que se recuperaron de los escombros. Una música tétrica te acompaña toda la visita, cosa que la convierte en una experiencia un tanto traumática pero necesaria. Destacaría las 599 cartas de protesta enviadas por los diversos alcaldes de Hiroshima durante toda la historia de la ciudad tras la bomba a todos los países que han realizado pruebas de armamento nuclear.

Cúpula de la Bomba Atómica: El edificio más cercano al epicentro de la explosión que quedó "en pie".

 


     Tras el museo nos fuimos al pintoresco pueblo de Miyayima, donde se encuentra una de las “postales” más típicas de Japón, el tori gigante en medio del mar al que se puede llegar cuando baja la marea. Un ferry nos acercó a la costa más cercana al tori donde una ajetreada multitud de tiendas de recuerdos y restaurantes te dirigía irremediablemente al mirador donde hacerse la foto de rigor. Paseamos por el primero de los muchos templos que vimos durante el viaje y así tuvimos nuestro primer contacto directo con el budismo más auténtico.
Comimos en un típico restaurante japonés regentado por una anciana y su (perezosa) nieta. Dos deliciosos katsu-don (arroz con cerdo rebozado y huevo) nos quitaron de golpe cualquier atisbo de miedo o duda respecto a nuestra alimentación durante las siguientes semanas.
A media tarde ya nos pusimos en ruta hacia Osaka. Como en Tokyo o Hiroshima la estación de tren era inmensa, con docenas de líneas de tren y metro, con infinidad de pasillos y galerías cargados de tiendas y restaurantes. Nos perdimos buscando el hotel (no es lo mismo la parada de tren “Osaka” que la de “Shin Osaka”…) pero finalmente llegamos gracias a la inestimable ayuda de Junko, una adorable mujer mayor que se desvivió por hacerse entender y asegurarse de que llegábamos a nuestro destino.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Coming soon…

Dentro de nada me voy de viaje a Japón. Exploraré las tierras niponas junto a mi esposa (aún me suena muy raro eso de esposa!) en busca de la iluminación, la sabiduría y los artículos más frikis y bizarros que podamos encontrar.

Espero poder sacar del viaje la experiencia y la inspiración suficiente para escribir un artículo sobre el país del sol naciente, el manga o cualquier otro tema genuinamente oriental. Así que si os apetece empezad a poneros en contexto leyendo las reseñas sobre budismo, taoísmo e historia de Japón que wikipedia os ofrece.

A lo mejor a la vuelta escribo un artículo resumiendo el viaje y contando los momentos curiosos o culturalmente diferentes. Así también descansamos todos un poco de la densa carga filosófica.


Otro tema, estoy colaborando con la revista Nosolofreak con un artículo mensual relacionado con la temática del mes. Os dejo el enlace:











Finalmente decir que estaría encantado de que en este mismo post dejaseis vuestras sugerencias de temas a tratar. No es que vaya falto de ideas, pero uno siempre busca inspiración y por supuestos contentar a todos los que me leáis. Así que si queréis que hable de algo en concreto decidlo y lo tendré en cuenta.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Batman y el concepto de Revolución social

Tras el irremediable visionado de The Dark Knight Rises no he podido evitar el aprovechar la oportunidad de escribir un artículo relacionado con el mítico Caballero Oscuro.
Antes de empezar tengo que señalar que me limitaré a hacer referencia a la historia y personajes de la saga de películas del director Christopher Nolan: Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2012). De esta forma el texto y las referencias serán más accesibles para todos aquellos no versados en las peripecias del Murciélago en sus 73 años de historia.

Estas películas tienen algo en común en lo que a sus villanos se refiere: Tanto Ra’s al Ghul, como el Joker o Bane no son los clásicos malvados que buscan enriquecerse salvajemente o realizar alguna clase de macabra y sangrienta venganza, son antagonistas que quieren destruir, cada uno a su manera, el modelo actual de sociedad y redefinirlo según sus propios ideales.


En Batman Begins nos encontramos con Ra’s al Ghul (interpretado por un convincente Liam Neeson), líder de la Liga de las Sombras, organización que se ha dedicado durante siglos a purgar al mundo de las civilizaciones y sociedades que se han corrompido o caído en la decadencia. Según palabras del mismo Ra’s al Ghul, fueron ellos los que provocaron la caída de Roma, la destrucción de Constantinopla o el incendio de Londres. Sociedades que ellos juzgaron como corruptas y decadentes. En esta ocasión es Gotham la que debe ser purificada. Para ello Ra’s al Ghul pretende asesinar a todo hombre, mujer y niño de la ciudad gracias a una potente droga psicotrópica y alucinógena desarrollada por el Espantapájaros. Es un drástico borrón y cuenta nueva, si la manzana está podrida destrúyela y planta una nueva semilla. El líder de la Liga de las Sombras no cree que los habitantes de Gotham sean inocentes, sino que están tan perdidos y condenados como la ciudad y, por extensión, la sociedad en la que viven. Como parte intrínseca e indispensable de la ciudad el buen ciudadano medio es tan culpable como el mafioso o el político corrupto por permitir que éstos hayan echado a perder su mundo. Es una perspectiva drástica y brutal, la sangre fría necesaria para juzgar algo así y llevar a cabo la sentencia es tan grande que dudo de que hasta el mismísimo Maquiavelo justificase tal atrocidad a pesar de ser por un bien mayor.


En The Dark Knight el villano principal es el Joker (interpretado por un brillante Heath Ledger). El carismático payaso inicialmente se asocia con la mafia para eliminar a Batman y permitirles así volver a enriquecerse impunemente a costa de la ciudad. Pero pronto se ve que los planes del Joker van más allá del dinero. Con una mezcla de locura, sadismo, planificación y armamento pesado consigue poner en jaque a toda la ciudad y al propio Batman. Sus macabros juegos ponen paulatinamente a prueba la moral y la integridad tanto de Batman como de Gotham. Tenemos que esperar al final de la película para apreciar su verdadero objetivo: Crear un estado de anarquía y caos absoluto. Desea derribar a base de explosivos los pilares morales de la sociedad, minando la fe de los ciudadanos en la capacidad del gobierno y las fuerzas del orden para protegerlos y de esta forma relegarlos al estado más básico de la humanidad, la no-sociedad, el mundo sin ley ni orden, la guerra de todos contra todos. Solo gracias al baluarte de esperanza que simboliza Batman se consigue detener de forma física al Joker, pero es de forma moral la mayor derrota que sufre éste carismático villano, al comprobar como el pueblo de Gotham se niega a participar en su macabro juego. En una tensa y muy emotiva escena tanto el barco cargado de civiles como el barco cargado de criminales se niegan a hacer explotar a la embarcación contraría para salvar sus propias vidas, demostrando una entereza increíble para sorpresa del Joker.


En The Dark Knight Rises el antagonista consigue su objetivo. A diferencia de Ra’s al Ghul y el Joker, Bane (interpretado por un carismático Tom Hardy) consigue instaurar con éxito un Estado propio. En una maniobra estratégica extraordinaria suprime en un solo golpe a todas las fuerzas armadas de Gotham enterrándolas bajo tierra, dejando así la ciudad a su merced, además tras un combate singular y desigual aplasta a Batman y lo deja confinado. Para terminar de rematar su victoria Bane se hace con un artefacto nuclear y bajo la amenaza de hacerlo explosionar evita que nadie pueda entrar o salir de la ciudad: Su victoria es total. A pesar de ser una enorme masa de músculos Bane es un estratega brillante y un líder carismático. Justifica todos sus actos a partir de la similar idea de Ra’s al Ghul de purgar a la ciudad de todos sus males. Políticos, banqueros, jueces… todos los ricos y poderosos de Gotham son drásticamente destronados y juzgados en una burla de juicio presidido por Jonathan Crane (alias “el Espantapájaros”). Bane libera a todos los presos y los convierte en la nueva autoridad de la ciudad. En ningún momento busca la anarquía o el caos, sino “hacer limpieza” e instaurar un nuevo orden bajo su retorcido ideal de justicia. La despiadada sombra de la
Liga de las Sombras y de Ra’s al Ghul sigue flotando sobre la ciudad, puesto que el artefacto nuclear robado hará explosión tanto si se siguen las condiciones marcadas por Bane como si no. Es en esta última película donde vemos el mensaje más directamente anti-sistema. Bane no deja de arengar a sus fieles seguidores sobre lo podrida que está Gotham. Sus discursos sobre revolución y cambio son contundentes y llegan a humillar la férrea convicción de Batman de proteger la ciudad.

 Ra’s al Ghul, el Joker, Bane… tres grandes villanos que a su retorcida manera intentan destruir el sistema de gobierno establecido. Como hemos visto cada uno tiene su justificación, pero el objetivo es el mismo. En el mundo en que vivimos, con la dramática situación económica en la que estamos, quien más o quien menos ha tenido dudas de que el modelo de gobierno, el modelo económico o el modelo de Estado sea el correcto. ¿Pero entendemos bien qué es y qué simboliza el concepto de Estado?

Thomas Hobbes en su obra Leviatán teorizaba con el hecho de que el ser humano en su estado mas natural es libre e independiente, pero esa misma libertad provoca que se viva bajo el peligro constante de caer en la guerra de todos contra todos (bellum erga omnes), sin una autoridad que nos gobierne nada ni nadie nos impide robar, asesinar, violar… según él “el hombre es un lobo para el hombre” ( Homo homini lupus), en relación a las atrocidades que puede llegar a hacer el ser humano cuando está descontrolado. Es por esto que se crean los Estados, para protegernos de nosotros mismos.
Pero a pesar de que el Estado nos protege de nosotros mismos a través de las leyes y nos procura una vida en mayor o menor grado digna, ¿quién nos protege del Estado? ¿Quién juzga cuando el Estado está abusando de sus habitantes? En “El Manifiesto Comunista” Karl Marx y Friedrich Engels postulaban que la historia de la humanidad es sinónimo de la lucha de clases: Esclavos contra hombres libres, vasallos contra señores, proletarios contra burgueses…está lucha constante de los oprimidos contra los opresores es el motor de la historia. Las revoluciones sociales son la única forma real de evolución y como tales son por la fuerza. Ningún poder gobernante cede voluntariamente sus privilegios ante aquellos a los que oprimen, por lo que solo por la fuerza pueden ser derrocados.
Podemos estar más o menos de acuerdo con estas ideas al defender o no la violencia llegado el momento, pero lo que no podemos negar es que la historia del ser humano está plagada de ejemplos que demuestran su utilidad: La Revolución francesa, la guerra de independencia americana o la caída de los tzares en Rusia son algunos de los ejemplos.

Desde este punto de vista podemos apreciar como los villanos de la trilogía de Nolan tienen un matiz revolucionario muy contundente. Está claro que los grandes males de Gotham son casi idénticos a los nuestros propios: Delincuencia, usura, corrupción masiva, pobreza… Batman se enfrenta a estos males descubriendo y deteniendo a los individuos particulares que los provocan: Políticos y policías corruptos, mafiosos, traficantes… ¿pero y si eso es inútil? Como una terrible hidra por cada delincuente que Batman consigue atrapar aparecen dos más que ocupan su lugar.
La pregunta que yo planteo es la misma que, después de unos cuantos años viendo evolucionar la crisis, hacen los movimientos anti-sistema: ¿Y si este modelo de Estado realmente ya no funciona? ¿Y si Bane, Ra’s al Ghul o hasta el Joker no iban tan desencaminados?

martes, 31 de julio de 2012

The Matrix y el mito de la caverna


Andy y Larry Wachowski sorprendieron al mundo entero en 1999 con The Matrix. Esta película supuso toda una revolución debido a sus efectos especiales, la estética de sus personajes y el mensaje que transmitía.
            Los hermanos Wachowski no dudaron en reconocer la gran cantidad de influencias que tuvieron a la hora de escribir y dirigir su obra: Ghost in the Shell, Neuromancer de William Gibson, 1984 de George Orwell o el mito de la caverna de Platón.
            Tanto Ghost in the Shell como Neuromancer o 1984 son notorias obras de la ciencia ficción que cualquiera puede leer o visualizar para apreciar las similitudes con The Matrix, pero el mito de la caverna de Platón es una influencia con más difícil acceso para el público no versado en filosofía.
            En este post haré una breve exposición del mito de la caverna y mostraré sus similitudes con la obra de los hermanos Wachowski.

La teoría de las Ideas

            Para poder entender el mito de la caverna es indispensable que explique la teoría de las Ideas de Platón.
            La teoría de las Ideas representa el núcleo de la filosofía platónica, el eje a través del cual se articula todo su pensamiento. No se encuentra formulada como tal en ninguna de sus obras, sino tratada, desde diferentes aspectos, en varias de sus obras de madurez.
Tradicionalmente se ha interpretado la teoría de las Ideas de la siguiente manera: Platón distingue dos modos de realidad, una, a la que llama inteligible, y otra a la que llama sensible. La realidad inteligible, a la que denomina "Idea", tiene las características de ser inmaterial, eterna,  por consiguiente ajena al cambio y constituye el modelo o arquetipo de la otra realidad, la sensible o visible, constituida por lo que ordinariamente llamamos "cosas" y que tiene las características de ser material, corruptible, (sometida al cambio, esto es, a la generación y a la destrucción), y que resulta no ser más que una copia de la realidad inteligible.
La primera forma de realidad, constituida por las Ideas, representaría el verdadero ser, mientras que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o "cosas", hallándose en un constante cambio, nunca podrá decirse de ellas que verdaderamente son. Además, sólo la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento, mientras que la realidad sensible, las cosas, sólo son susceptibles de opinión.
            Lógicamente la Teoría de las ideas es mucho más compleja que todo esto, Platón invirtió gran parte de su vida en desarrollarla y existen cientos de libros que la analizan, interpretan y desarrollan, pero esta brevísima exposición da una idea aproximada y nos es suficiente para entender el tema central de este post.

El mito de la caverna


            Al principio del Libro VII de La República Platón expone el mito de la caverna:
Imaginemos una profunda cueva donde en el fondo de ésta se encuentren un grupo de hombres que han vivido encadenados a las paredes desde el día de su nacimiento. Dichas cadenas les sujetan el cuello de forma que son incapaces de girar la cabeza y todo lo que pueden hacer es mirar la pared del fondo de la caverna.
            Justo detrás de estos hombres encadenados hay un muro con un pasillo y una hoguera. Más allá se encuentra la entrada a la profunda caverna. Por el pasillo del muro circulan hombres que llevan consigo todo tipo de objetos y cuyas sombras (gracias a la luz de la hoguera) se proyectan en la pared del fondo de la caverna, la única pared que los prisioneros encadenados desde su nacimiento pueden ver.
            Debido a su condición los hombres encadenados consideran como su realidad y su verdad las sombras en la pared. Están condenados a creer que sólo son ciertas las sombras que se reflejan en la pared puesto que es todo lo que pueden percibir ya que son ajenos a lo que ocurre a sus espaldas.
            Imaginemos ahora que uno de esos prisioneros fuese liberado de sus ataduras y obligado a mirar directamente a la hoguera. El brillante y cegador fuego se convierte repentinamente en una nueva realidad, es además una realidad más compleja debido a que es fundamentadora de su antigua percepción del mundo, reflejando el error en el que había esta sumido.
            Tras comprender su nueva situación el prisionero es forzado a continuar su camino y debe salir de la cueva a través de una escarpada pendiente. El durísimo ascenso le provoca heridas y magulladuras. Pero su gran esfuerzo es recompensado con la visión del mundo exterior. En él es capaz de ver las verdaderas cosas que antes solo podía percibir en las sombras reflejadas en la pared de la caverna, es conscientes de que lo que ahora ve son los verdaderos objetos, los que fundamentaban a aquellos que se usaban para ser reflejados en la pared.
Se le obliga también a mirar al Sol y la visión de este lo ciega, pero también le hace comprender que es lo que lo fundamenta todo.
Una vez el prisionero liberado logra comprender y asimilar su nueva percepción de la realidad es obligado a retornar al fondo de la caverna para poder “liberar” a sus hermanos cautivos. Éste les habla de todo lo que ha visto, del error de su existencia y de su percepción del mundo y de la falsedad de las sombras. Para su sorpresa sus antiguos compañeros se ríen de él. Lo acusan de estar ciego por haber pasado de la claridad del Sol a la oscuridad de la caverna. Más aún, cuando nuestro prisionero logra liberar a sus hermanos y los fuerza a subir por la escarpada y peligrosa pendiente para salir de la caverna, éstos lo matan.

The Matrix
           
            A estas alturas muchos de vosotros ya habréis visto las semejanzas entre el mito de la caverna y la película de los hermanos Wachowski:
            La prisión para la mente humana llamada Matrix es la caverna y el Sr.Anderson / Neo es el prisionero desencadenado forzado a realizar el tortuoso viaje de iluminación. Pero ahí no se detienen los símiles… Recordad conmigo el tortuoso despertar al mundo real de Neo! Es un traumático y vertiginoso parto, culminado con una significativa ascensión hacía un haz de luz cegador que luego resultaría ser la Nebuchadnezzar (la nave de Morpheo), ¿casualidad?
            Encontramos más paralelismos conforme avanza la película mezclados con las revelaciones que Morpheo va haciéndole a su nuevo pupilo: La humanidad ha sido subyugada, Matrix es una gran mentira, es una prisión para el alma… y que él es el elegido. Sobre él recae el poder y la responsabilidad de hacer caer a la venda de los ojos a los humanos prisioneros en Matrix. Él debe deshacer el camino andado para volver a lo más profundo de la caverna e intentar mostrar la verdadera realidad a sus antiguos hermanos.
            Hasta en la reacción de los prisioneros de la caverna frente a las palabras de su hermano liberados encontramos un paralelismo en la película: Cifra. El miembro traidor de la tripulación de la Nebuchadnezzar tiene un fantástico diálogo que refleja perfectamente el desenlace del mito de Platón:


Tras todo lo dicho espero que os haya servido para aprender un poco sobre la filosofía de Platón y sobretodo que os haya animado a revisualizar The Matrix desde otro punto de vista. 





miércoles, 11 de julio de 2012

Star Wars y la tragedia griega



La tragedia griega es un género teatral originario de la antigua Grecia inspirado en los ritos y representaciones sagradas que se hacían en Grecia y Asia Menor, alcanza su apogeo en la Atenas del siglo V a.C. 
La tragedia es una forma dramática cuyos personajes protagonistas se ven enfrentados de manera misteriosa, inexpugnable e inevitable contra el universo o los dioses, moviéndose siempre hacia un desenlace fatal por una fuerza ciega, la fatalidad, el sino, el hado o fatum, anunciado siempre por diversos oráculos. Las tragedias han de acabar generalmente en la muerte o en la destrucción física, social, intelectual o moral del personaje principal, quien es sacrificado así a esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo insolente.
Como fuente principal de estudio y comentario he seleccionado El Nacimiento de la Tragedia de Friedrich Nietzsche por su visión más controvertida, polémica y dual de la cultura griega.
  En El Nacimiento de la Tragedia Nietzsche nos plantea la cultura griega clásica como una dualidad entre dos polos opuestos: Lo apolíneo (o apolínico) y lo dionisíaco.  Esta dualidad queda reflejada en el arte griego por excelencia: La tragedia.

Lo apolíneo

El término hace referencia al dios Apolo. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía, solía otorgar dicho don  a aquellos mortales a los que amaba. Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira.  Era también un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos. También era el dios de la agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, del arte entendido como justa medida de representación  y enseñó a los humanos el arte de la medicina.
Todas estas acreditaciones convierten a Apolo en emblema del llamado carácter apolínico, que se caracteriza por la claridad de pensamiento, la racionalidad, la fijación de límites como yugo a las fuerzas salvajes de la naturaleza. Su arte primordial sería la escultura por su capacidad de representar en justa medida la realidad.  La serenidad, el equilibrio, la templanza o la rectitud son también características del llamado carácter apolíneo.

Lo dionisíaco

El término hace referencia al dios Dionisio. Dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis. Se le suele caracterizar de dos maneras: una como dios de la vegetación, específicamente de los frutos de los árboles, que aparece representado a menudo en los vasos áticos con un cuerno con bebida y racimos de uvas. La segunda caracterización del dios apunta a los misterios de una divinidad que inspiraba cultos orgiásticos, de los que son ejemplo las ménades o bacantes. Este grupo de mujeres abandonaba el hogar y vagaba por el desierto entrando en un estado de éxtasis en su devoción al dios. Vestían pieles de cervatillo y se creía que poseían poderes ocultos.
Esta segunda imagen de Dionisio es la que mejor refleja el carácter dionisíaco. Reflejo del desenfreno, de la naturaleza salvaje, descontrolada, peligrosa y hasta mortal. Reflejo también de lo natural, instintivo, irracional y místico. Estudios sobre Dionisio le sitúan como un dios importado de Oriente, de las culturas más místicas, de la superchería y la elucubración de Tracia, Frigia, Anatolia, Libia o Arabia. En todo caso son sus significativos rituales los que dieron origen a lo que acabaría siendo la tragedia griega.

Conjunción de lo apolínico y lo dionisíaco en la tragedia griega

Como se ha indicado anteriormente, el origen de la tragedia griega (según lo que Nietzsche expone en El nacimiento de la tragedia) se encuentra en las bacanales en honor a Dionisio. El culto a este dios “extranjero” llegó a Grecia desde Oriente, ganando adeptos rápidamente.
En la floreciente cultura griega estos rituales tenían una función más allá de la simple adoración. Al alcanzar cotas de éxtasis, desinhibición y placer tan altas, los participantes se sentían en un estado de comunión perfecto. La sensación de formar parte de un todo indivisible, el conjunto, la masa, la marea de cuerpos y mentes unidos por un estado superior de exaltación. El bienestar obtenido a través de la sensación de saber que no se está solo en el mundo.
Cuando la bacanal terminaba y los participantes recobraban plena conciencia de su ser caían en un estado de depresión, tristeza y abatimiento enormes. La cruda soledad del momento de despertar les recordaba cuan duro es el mundo.
Los griego recogieron todas estas experiencias y las pasaron por el filtro de lo apolínico, transformando las orgías bárbaras y descontroladas en la tragedia griega clásica.  Estructuraron y reglamentaron la representación de la brutalidad de la Naturaleza y lo violento de la vida. “Civilizaron” lo irracional e impulsivo para refinarlo en un noble arte digno de la elevada cultura griega.
La función de la tragedia seguía siendo la misma, la catarsis (entendida como purga o purificación). Los espectadores se hacen partícipes de la obra en el momento en que ésta les hace sentir todo un conjunto de fuertes emociones. Los actores promueven las emociones con la trama y el desarrollo de la obra, mientras que el coro, gracias al efecto de la música lo une todo en un elemento simbólico común. Gracias a la tragedia los griegos purgaban de su cuerpo esta amalgama de fuertes emociones, las descargaban en la representación, de la misma forma que los asistentes a un partido de fútbol.
Para poder realizar esta importante función el tema y la trama de la tragedia griega debía ser pesimista por esencia. Debía reflejar extremadamente lo dura, horrible y cruel que puede llegar a ser la vida. Los espectadores debían ver reflejadas las penurias y desgracias que les podían acaecer a cualquiera de ellos para sentirse bien. De ahí los siempre fatalistas argumentos.

El héroe trágico

            A través de uno de los héroes trágicos más arquetípicos de la historia, Edipo, veremos cuáles son los rasgos que lo caracterizan, distinguiéndolo así de los héroes de la mitología contemporáneos a su época.
            Edipo es el héroe trágico por excelencia, y posiblemente el más conocido incluso en la actualidad. No sólo ha dado lugar a multitud de adaptaciones y actualizaciones del personaje, sino que incluso lo bizarro de su temática ha sido muy utilizado por la cultura popular de nuestra época. 
            Ya antes de nacer, Edipo estaba condenado por una terrible profecía emitida por el Oráculo de Delfos al Rey Layo de Tebas. La profecía dictaba que el hijo varón de Layo lo mataría y se casaría con su esposa, Yocasta. Para evitar tan terrible destino, Layo y Yocasta abandonaron a Edipo a la intemperie. Sin embargo, Edipo fue recogido por unos pastores y, eventualmente, llegó a ser adoptado por el rey Pólibo, el cual creyó toda su vida que era su verdadero padre.
            Edipo pasó su infancia y adolescencia en la corte de Pólibo. Tras un tiempo, por distintos motivos según la versión, Edipo sospecha de su ascendencia, y realiza un viaje para averiguar la verdad del Oráculo. En el transcurso de este viaje a Edipo le es revelado su funesto destino y, resuelto a evitar por todos los medios la más remota posibilidad de dar muerte a quien cree su padre, Pólibo, se exilia y va a parar a Tebas, donde en un cruce tiene un altercado con un pomposo viajero al cual da muerte. El viajero resulta ser el Rey Layo, cumpliéndose así parte de la profecía, aunque ignorante Edipo prosigue su camino.
            En Tebas Edipo llega a enfrentarse a la Esfinge, un monstruo mitad león y mitad mujer famosa por sus enigmas, así como por la terrible muerte que seguía a quienes no hallaban la respuesta adecuada. Edipo, sin embargo, resuelve no uno si no dos enigmas, llevando a la Esfinge a la locura y a despeñarse por un risco. Alzándose campeón los tebanos lo coronaron rey, ofreciéndole la mano de la viuda Yocasta en matrimonio. Edipo aceptaría, cumpliendo así la última parte de la profecía.
              Edipo en este punto ha roto dos de los tabúes de la sociedad, el parricidio y el incesto, y por tanto los dioses castigan Tebas con una plaga. El misterio de esta plaga queda rápidamente resuelto cuando el oráculo responde que es consecuencia de la muerte del rey Layo, por lo que Edipo perseguirá a los supuestos bandidos que asesinaron al anterior rey hasta que, finalmente, conforme la red de evidencias se van cerrando entorno al trágico héroe, los protagonistas toman conciencia de cómo la fatídica profecía del principio de la historia se ha cumplido, Yocasta se suicida, y Edipo se saca los ojos y se arroja al exilio.

            En la historia de Edipo encontramos todos los rasgos que caracterizan al héroe trágico. A grosso modo, podemos resumir que el Héroe Trágico es aquel que se revela contra su Destino nefasto, sin éxito, y finalmente es consumido por él.
            El Destino existe por encima de las vidas de todos los humanos. Rige sus vidas, y es inexorable e ineludible. No importa en absoluto las cualidades de la persona, pues séase virtuoso o villano, el Destino llevara a uno y a otro a cumplir con lo que le corresponde independientemente de las cualidades o la moral de cada uno. Además, es un Destino que está al alcance de los seres humanos. Mediante Oráculos y Profetas uno es capaz de conocer su Destino (de forma más o menos enigmática), y lo correcto por parte del héroe sería seguir los pasos que le dicta su Destino. Sin embargo, el Héroe Trágico siempre se revelará contra su Destino, por razones más o menos nobles, y procurará evitarlo a toda costa. Este enfrentamiento contra su Destino, generalmente, aunque estará repleto de hazañas heroicas y grandes sacrificios, no servirá de nada pues el Destino se terminará cumpliendo. Además, los mismos actos que el Héroe Trágico lleve a cabo para evitar su Destino serán los que precipiten el cumplimiento del mismo, remarcando de este modo la futilidad del esfuerzo y el insuperable poder del Destino. Más aún, todo el mal vaticinado por un Destino nefasto aumenta cuanto más se resiste el Héroe Trágico a entregarse a él.
            Las Hazañas que el Héroe Trágico lleva a cabo son sobrehumanas y legendarias, pero suelen tener un precio para el Héroe. Requieren de este, además de algún tipo de proeza que sólo él puede hacer, un sacrificio personal que debe entregar para tener éxito. Además, como se ha dicho anteriormente, el éxito que cosechará ante la adversidad momentánea, tenderá a la larga a formar parte de la cadena de sucesos del Destino nefasto que culminarán en la desgracia para el Héroe.
            Finalmente, el Héroe y sus allegados siempre terminan mal. El desequilibrio que el Héroe Trágico provoca al intentar escapar a su Destino se convertirá en una espiral que recogerá a todos los personajes cercanos al Héroe, y todos ellos caerán en la culminación del Destino. Además, esto ocurrirá por la acción directa del Héroe en su refriega; Los personajes que envuelven al Héroe no están destinados a caer, pero la batalla del Héroe contra el Destino los arrastrará con él.

            En la historia de Edipo vemos claramente que la profecía existe antes incluso de que el Héroe haya nacido y cómo los diversos intentos de evitar el destino se van cobrando sacrificios en las vidas de los implicados. Edipo mata a su padre huyendo precisamente de cumplir su Destino como parricida, y a la vez el malentendido es provocado por el intento del Rey Layo de evitar el cumplimiento de la profecía abandonando a su hijo. Edipo vaga hasta Tebas en un exilio auto-impuesto y pasando penurias, y precisamente la aparente “victoria” contra la Esfinge tiene como premio el cumplimiento de la segunda parte de la profecía; la del incesto. Finalmente, la plaga se cobra numerosas vidas en la ciudad, lo cual no estaba en la profecía, pero ocurre porqué Edipo y Yocasta están convencidos de que han burlado al Destino. Cuando este se desata, la muerte es la recompensa de Yocasta, y el exilio y la ceguera lo son para Edipo, dejando tras de sí una ciudad sin reyes y consumida por la peste.

     La tragedia en Star Wars

            La tragedia y su característico héroe han sobrevivido a las inclemencias del paso tiempo y se han mantenido como género con total vigencia e importancia. El motivo es simple: Su función y su temática son atemporales, el ser humano necesita descargar y limpiar sus frustraciones, miedos, inseguridades… el paso del tiempo únicamente a hecho evolucionar el formato por el cual disfrutamos tanto de las tragedias modernas como clásicas, y como ejemplo clarísimo de tragedia moderna tenemos Star Wars.
            Esta saga de seis películas iniciada en 1977 y terminada en 2005 es posiblemente una de las mayores tragedias de nuestro tiempo. Ahorrándonos las gran mayoría de escenas de acción analicemos la historia de Anakin Skywaker.
            Anakin nace en Tatoine, en el extremo más lejano y remoto de la galaxia. Es esclavo de un chatarrero hasta que una pareja de jedis, que por avatares del destino han acabado en ese planeta, lo liberan y se lo llevan con él para formarlo como Jedi.
            Ya en sus inicios lo envuelve un halo de misterio, su madre asegura que nunca hubo un padre (asemejándolo así a Jesús, nacido gracias a la divina providencia) y su innata capacidad para sentir, controlar y manipular la Fuerza le valdrán el título del Elegido “aquel que traerá el equilibrio a la Fuerza”. De esta forma tenemos el elemento profético marcado. Es un personaje singular, dotado de un futuro cargado de responsabilidad.
            Cuando es presentado ante el Consejo Jedi para poder aprender el camino de la Fuerza el maestro Yoda deja patente el miedo latente en el joven Anakin. No niega su gran conexión con la fuerza, sino que es posible que ya sea demasiado mayor para aprender a llevar la vida de desapego emocional que se requiere para convertirse en Jedi. A pesar de todos los avisos y advertencias  finalmente se le acepta como padawan.
            Durante su entrenamiento como padawan suceden dos episodios cruciales: Su madre muere tras ser secuestrada por bandidos tusken y se enamora de Padme, reina del planeta Naboo y senadora galáctica.
            Durante el transcurso de la guerra civil que azota la galaxia Anakin es nombrado Caballero Jedi mientras que su relación con Padme ha transcurrido en secreto para todo el mundo. Pero la pérdida de su madre sembró la semilla del peor de los miedos en su interior. Sueños y visiones donde su amada también muere lo atormentan. Su obsesión por hacerse poderoso y de esta forma evitar que sus seres queridos mueran es palpable. Su jovial y alegre carácter se va agriando conforme ve que las visiones y sueños premonitorios persisten. Además, el senador Palpatine también instiga y acrecienta ese miedo y su ansia de poder.
            Padme da la noticia a Anakin de que está embarazada, lo que será el argumento final para que esté dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para evitar que se cumplan sus funestos sueños premonitorios. Claro reflejo del héroe trágico que lucha con uñas y dientes contra su Destino.
            La relación de Anakin con el nuevo Emperador de la Galaxia llega a tal punto de confianza que éste le confiesa ser un Sith, enemigo mortal de los Jedi, la cara opuesta en el equilibrio de la Fuerza. Anakin, alarmado y con una terrible lucha interna decide delatarle al Consejo Jedi, pero en el fondo su destino ya está escrito:
Cuando los Jedis se disponen a detener al malvado Sith Anakin decide convertirse en todo aquello contra lo que había jurado luchar: Ayuda a Palpatine/Darth Sidious a destruir a los Jedis y sella su pacto de fidelidad al lado Oscuro de la Fuerza a cambio del poder necesario para evitar la muerte de su amada.
Cuando Padme ve en qué se ha convertido Anakin lo rechaza. Ya nada queda en él de lo que era antes; Obi-wan a su vez se ve obligado a luchar a muerte contra su antiguo alumno, su mejor amigo y compañero de armas. Tras una cruenta batalla Obi-wan deja malherido a Anakin que, entre agónico sufrimiento y dolor, jura su odio eterno hacia el y hacia los Jedis. Es ahí donde finalmente Anakin muere y nace Darth Vader.
Padme morirá poco después de dar a luz a sus dos gemelos. Se afirma literalmente que ella misma se deja morir, ya nada tiene por lo que luchar, la muerte de Anakin provoca la suya propia. Es la culminación de la tragedia. Todo aquello por lo que el heroe lucha para evitar se cumple por su propia culpa y esfuerzos. Vemos como se cumplen todos los principios del héroe de la tragedia griega: Su destino está marcado a través de la Fuerza que le avisa y le advierte de su futuro. Se enfrenta a ese destino fracasando irremediablemente a pesar de todas sus gestas y proezas, muriendo en el proceso y trayendo la mas terrible desgracia a todos aquellos que le rodean: La muerte de Padme, la casi aniquilación de los Jedis y la instauración de un totalitario Imperio galáctico gobernado por un Lord del Sith.